domingo, 21 de septiembre de 2014

Te entiendo.

Llegó el momento en el que separé los momentos de las palabras bonitas, tus abrazos de los besos y los dejé fuera de mi misma. 
Me vacié entera de tanto llorarte, de tanto quererte, de tanto querer sentirte.
Te dije que me hacías feliz y sí, por aquel momento fue así, me hacías feliz hasta que me rompiste en dos, tres y hasta en cuatro. 
No voy a volver a preguntarme que hice para estar así, porque nunca obtengo respuesta y vuelvo al mismo hueco oscuro del cual conseguí una vez y al cual regreso cuando siento que te quiero más que el día anterior. 
No voy a negar lo evidente, pero tampoco voy a negar que te entiendo, supongo que hay cosas que no se superan, pero que hay que aprender a vivir con ello. 

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