Te pagué con sonrisas, historias, palabras bonitas y abrazos cada vez que la distancia dejaba que me acercase.
Ahora la distancia no es el problema, me he dado cuenta de que tú la impones esté lejos o cerca.
Pensarte lo hago mucho por desgracia, ojalá pudiera menos, ojalá pudiese olvidar un poquito lo bueno y lo malo, porque me está causando tanto dolor todo esto, que hasta lo bueno merece ser olvidado.
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