martes, 23 de diciembre de 2014

No dejaste.

Pudieron pasar días y días, que desde que supe que existías, el mundo me sonreía un poco más. Levantando un sólo dedo de mi mano, puedes comprobar que digo la verdad, mi pulso lo desvela y caemos como tontos sin conocernos. No hace falta que mencione lo que me pasa cuando me miras, porque el brillo de mis ojos me delata y mis manos se pierden por donde yo no sabía que existía camino. No te lo voy a explicar más, porque sé que hay cosas que ni yo sé ni sabremos nunca. 

jueves, 18 de diciembre de 2014

Dejaré la puerta abierta

Entras sin hacer ruido, y me despiertas con tu respiración. Entornas la puerta. Siento que me abrazas por la espalda y te quejas de que no te dejo manta suficiente para taparte. Y me preguntas qué quiero, yo te contesto que a ti, a tu mundo, al arte de tu risa, a los quejidos mañaneros cuando la luz del sol entra por la ventana. Al calor que desprendes cuando sales de la ducha y te paseas como si nada. 
Soñaba, como una niña pequeña. Odio las pesadillas dije para mi, pero no logré entenderme. 
Como cuando te rozo, me entran escalofríos y el frío me invade. 
"Dejaré la puerta abierta por si quieres irte..." Pronuncié aquel día de lluvia en el mes de Diciembre, cuando antes de acabar la oración ya te estabas marchando. Dejando cada noche hasta las tantas donde el tiempo no contaba, donde tus "te echo de menos" me recorrían por dentro como huracanes invernales... 

miércoles, 17 de diciembre de 2014

No lo llames.

Al igual que lo que sube baja, lo que me dañas queda para el recuerdo, no lo llames rencor, llámalo no olvidarte. 
Porque no pudiste doler ni más dentro ni mejor y me pregunto todos los días el por qué tuve que ser yo la que lo sufra. 
La mentira tiene las patas cortas y la verdad es su vecina, cosa que hace confundirme entre qué me dijiste en voz alta y qué en voz baja. Me refiero a tus verdades, o mentiras? 
Parece que hablo al reloj del te quiero mientras las palabras pasan en el minutero de los segundos rotos. 
Parecen tantas cosas que desaparezco con cada palabra que no pronuncio. Y me da igual que me entiendas o no. Porque en verdad ni tú pudiste, ni nadie lo hará. 

lunes, 15 de diciembre de 2014

Abrazos en Gran Vía

Esta vez no hablo en pasado, y si lo hago será para observar desde fuera de mí mi propia sonrisa cuando pienso en sus abrazos. El timbre de los coches no tiene sonido, cuando te cuenta sus hostorias, cuando te lee sus páginas como microcuentos. 
Sé leer cada letra suya, y digo sé porque antes no lo había hecho con nadie, ni tuve la necesidad hasta que llegó. 
Cuando te pones a caminar con el objetivo de llegar a un lugar el camino cansa, cuando sabes que vas a ninguna parte sólo puedes frenar ese cansancio con sus abrazos, con sus diferentes tipos de sonrisa y dejar que los pies te guién aunque tu cabeza sepa que vas a ningún lado. 
Porque sé que depender de alguien no es lo mejor, pero no sabés hasta que punto me gusta depender de ella, ni sabéis hasta que punto me maravilla su forma de quererme cada día. 

lunes, 8 de diciembre de 2014

Te vas.

Fuiste entrada y salida. No escuché la alarma y tuve que quedarme entremedias. 
No pude hacer más por ti de lo que hice por mi, y eso no es culpa de nadie. 
Soy lo que tengo y es así, no valer el peso es lo que tiene y sigo cayendo. 
Que no me recojas ya no es problema, te has ido y esto es así. Supiste ser mi todo y todo te llevaste, no digo vacío, me llamo sin nada.  Y que las manecillas del reloj me marquen siempre el mismo tiempo es rutina, pasaste por mi como las nubes en el cielo un día nublado pasan bordeando el contorno de mi edificio, o eso me dijeron. 
Y ahora te vas, te fuiste y puedes quedarte donde quieras, pero no hagas más ruido.