miércoles, 28 de enero de 2015

Perderme

La verdad es que no sé que sigo haciendo aquí y no me refiero a escribiendo porque nunca lo supe. 
He llegado a ese momento de inestabilidad en el que hay mentiras que pueden parecer verdad, de lejos. 
Me he perdido entre lágrimas en noches porque sí, porque llorar de día no tiene tanta magia. 
He llegado a querer, a quererte más que a nadie porque creo que eres ese pilar que puede sostenerme, y te daño. 
Daño todo lo que toco, daño lo que miro, me daño a mi. 
Y miro a un lado, al otro, arriba, abajo y sigo siendo la misma estúpida que se sigue preguntando, que por qué se encuentra aquí. 
Perderme es lo que quiero, pero más que perderme yo, que ya estoy lo suficientemente perdida, quiero que tengáis el privilegio de perderme, sí, de vista. Quiero decir. 
Ni Madrid es pequeño, ni yo soy tan grande como para querer quedarme. 

domingo, 11 de enero de 2015

11/1/15

Ni el más estúpido de los recuerdos que me quedan de ti, consiguen hundirme más, no por su sencillez de dolor, ni por su majestuosa forma de cortarme el alma. No me pueden dejar caer más fuerte porque he llegado al tope de mis submundos. 
Lo bonito sería no resurgir con nadie, para que no me puedan romper de nuevo, para que el sol no queme tanto al salir por culpa de haberme encerrado en mi demasiado tiempo. Descuido el papel de mi vida y no hay más. Me supo a dolor todo aquello. 

miércoles, 7 de enero de 2015

Tenía.

Tenía que haber pensado antes que aquel sería su último abrazo entrelazado contra mi, que aquello ya no taconearía el suelo y no llamaría a mi puerta más como signo de abandono. 
Debí imaginar que las noches serían más frías y que su capacidad de alejarse sería superlativa al dolor que me produce pensar que ya no existe. 
Supongo que cuando miro hacia un lado y no veo nada, tengo claro lo que tengo después de ti, y me imagino lo que ya no llega. 

domingo, 4 de enero de 2015

Un día más.

Me encuentro aquí otro día más, perdida entre mis cuatro paredes mirando fotografías, escuchando a nadie. Y es que se me escapan las letras, de tanto querer decirte. Y te escribo, lo hago y lo sabes, aunque no quieras, aunque no me sirva a mi ni a ti, pero lo hago. 
Como cada día intento cuidarte, intento entender por qué no soy capaz de estar aquí, no sabes hasta que punto me cansa el estar en ninguna parte. Te miro, através de las letras que pronuncias. Me veo a mi más rota que el día anterior, pero me consuela verte feliz sin mi, sin mis locuras "locturnas". Sí, nada de nocturnas, eso era poco para nosotras. 
Este es otro día más y yo estaré otro día menos.