Imagina

Imagina por un instante que todo es playa, deja atrás los gritos sin sentido, los besos compartidos y caricias a medias. 

Deja de creer que todo lo que haces está mal y valora un poco más el sol que te hace más bonita cada día. 

Piensa que todo sé acabó, pero aún te tienes a ti, contigo y para ti, porque puedes demostrarle al mundo, que un simple choque de dedos de forma lenta con una separación por consiguiente continúan no es el fin del mundo. Porque tienes el don de saber seguir adelante, porque si puedes levantarte cada mañana, puedes seguir con todo lo que venga. 

Da igual que no tenga sentido, pero quién entiende de choque de dedos entiende lo que estoy diciendo. 

Una vez

Una vez me dijeron que si miraba un poco hacia la derecha, estaría haciendo lo correcto, y entendí que eso era ser como todos. Ser la que siempre se levante bostezando, quitándose las legañas de los ojos y echándose un vaso de leche que no apetece nunca a las siete de la mañana. 

Por eso he pensado que no está nada mal eso de mirar de vez en cuando a la izquierda, que todo sigue siendo igual si cruzamos a otro lado, o aunque sea lo observamos de lejos. Puedes ser genial aunque no pertenezca al resto, aunque quieras estar sólo o te guste algo diferente. Pero si hay algo que he aprendido, es que la mentira no llega a ninguna parte, que hay que saber poner un fin a lo que empieza y tras unos meses/años no tienen sentido o no guardan el mismo calor. 

Supongo que por eso, mirar de vez en cuando al lado contrario no es del todo malo.