domingo, 21 de septiembre de 2014

Te entiendo.

Llegó el momento en el que separé los momentos de las palabras bonitas, tus abrazos de los besos y los dejé fuera de mi misma. 
Me vacié entera de tanto llorarte, de tanto quererte, de tanto querer sentirte.
Te dije que me hacías feliz y sí, por aquel momento fue así, me hacías feliz hasta que me rompiste en dos, tres y hasta en cuatro. 
No voy a volver a preguntarme que hice para estar así, porque nunca obtengo respuesta y vuelvo al mismo hueco oscuro del cual conseguí una vez y al cual regreso cuando siento que te quiero más que el día anterior. 
No voy a negar lo evidente, pero tampoco voy a negar que te entiendo, supongo que hay cosas que no se superan, pero que hay que aprender a vivir con ello. 

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Como quieras

Estuve llorando la otra noche porque pensé que había perdido una parte de mi, mi otro yo. Lo cierto es que lloraba porque me di cuenta de que me había metido en ti, en tú vida y en tus problemas sumergiéndome en cada trocito de tristeza que bordeaba cada uno de ellos. 
Te pagué con sonrisas, historias, palabras bonitas y abrazos cada vez que la distancia dejaba que me acercase. 
Ahora la distancia no es el problema, me he dado cuenta de que tú la impones esté lejos o cerca. 
Pensarte lo hago mucho por desgracia, ojalá pudiera menos, ojalá pudiese olvidar un poquito lo bueno y lo malo, porque me está causando tanto dolor todo esto, que hasta lo bueno merece ser olvidado. 

jueves, 11 de septiembre de 2014

Ayer

Ayer me tocó no dormir, porque quise quedarme pensando en el por qué de las cosas. 
A veces me imagino un mundo distinto en el que no tengamos que llorar si nos sintamos tristes, en el que sonreir sea la forma más bonita de decir te quiero, y reir sea lo más bonito del mundo. 
Ayer, me quedé sin dormir, para poder pensarte un poquito más y descubrir nuevos defectos, tan tuyos que apesar de que no me gustaban, me había enamorado de ellos sin darme cuenta. 
Ayer, también me dio por pensar en por qué me dejas todos los días tan de lado, por qué antes estaba en tu cabeza a todas horas y ahora simplemente a veces o nunca. 
Ese fue mi ayer, mañana os podré escribir mi hoy. 

jueves, 4 de septiembre de 2014

Todo el tiempo del mundo

Dispongo de todo el tiempo del mundo, también de letras infinitas para poder escribirte. 
Tenía mis días para esperar tus respuestas, mis oídos para escucharte y mis ojos para mirarte de forma infinita, hasta que un buen día quise escapar de todo ese dolor que me maravillaba y decidí emprender un viaje andando por el  suelo y gritando bajito mi partida. 

Pensé en buscar sonrisas que fueran de verdad, con credibilidad y que saliesen de dentro. Que torpe soy, que no quería darme cuenta de que mis alas estaban rotas, mi mirada perdida y nuestro sol apagado. 
Con el mar en calma me alejé, no sé hacia dónde, aunque alguien me dijo una vez que aunque los ángeles vuelen, existen ángeles que andan por el suelo. 

Escribir al "volver a verte"

Me susurró muchos te quiero y algún que otro te adoro, que se clavaron en mi como cuando alguien te abraza muy fuerte, te corta la respiración y no puedes moverte. El caso es que me gusta esa sensación de no poder respirar por consecuencia de tus palabras bonitas. 
También me dijo que nos íbamos a ver pronto, lo que ella no sabía es que yo ya estaba tachando días del calendario sin aún haberle dado aquel abrazo de despedida, que en realidad siempre es un hasta luego. 
Y sólo me queda decirte que nos vemos en un ratito, muy pequeño, que pasa deprisa o al menos eso es lo que quiero pensar.