martes, 23 de diciembre de 2014

No dejaste.

Pudieron pasar días y días, que desde que supe que existías, el mundo me sonreía un poco más. Levantando un sólo dedo de mi mano, puedes comprobar que digo la verdad, mi pulso lo desvela y caemos como tontos sin conocernos. No hace falta que mencione lo que me pasa cuando me miras, porque el brillo de mis ojos me delata y mis manos se pierden por donde yo no sabía que existía camino. No te lo voy a explicar más, porque sé que hay cosas que ni yo sé ni sabremos nunca. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario