No puedo negar que el frío llega cuando te marchas por esa puerta y te echo de menos, tampoco negaré que cuando no me dices las palabras clave que me hacen caerme a tus rodillas para llegar a finalmente tus pies no me rompo en mil.
Pero afirmaré con descaro, que en mi corazón queda tu huella y en mi vida una brecha que rompe con ganas mi silencio amargo.
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